Liderazgo: cambio, transformación, adaptación y felicidad

Por: Karem Labrador Araujo, Directora ejecutiva Colombia Líder

Sin duda alguna, los últimos dos años hemos vivido una serie de cambios que han transformado nuestras vidas, así como nuestra manera de actuar, de trabajar, de convivir y de interactuar. Y es precisamente por esta razón que hoy más que nunca necesitamos líderes con las capacidades y habilidades de actuar en momentos de incertidumbres y que impulsen estos procesos de cambios, de transformación y de adaptación.

Y es que el liderazgo siempre está asociado a procesos de cambio y su ejercicio implica confrontar a la gente con lo que no quiere oír; frustrar las expectativas a una velocidad que la gente pueda asimilar. Además, toma tiempo aceptar el cambio, luego hay necesidad de regular la presión 
para que haya la capacidad de adaptación a la nueva realidad. Por lo anterior hay que entender que ante los cambios discontinuos, hay cambios de valores. El papel del 
liderazgo está en confrontar la brecha entre lo que la gente dice valorar y su realidad actual. En este sentido, liderar es tan peligroso como caminar en el filo de una navaja cuando no se cumplen las expectativas, en estos casos la gente suele “crucificar” al líder.

Y para el ejercicio del liderazgo se tienen entre las estrategias las que a continuación se señalan: identificar el desafío de adaptación requerido; regular la presión para crear contextos emocionales; mantener focalizada la atención sobre el tema en forma disciplinada; hacer que la gente haga el trabajo adaptativo; y proteger a los líderes informales.

Adicionalmente, para ejercer el liderazgo se deben contar con algunas de las competencias, entre las cuales están:

  • Capacidad de aprendizaje: proceso de información e incorporación.
  • Flexibilidad: adaptación rápida a nuevas circunstancias.
  • Resiliencia: capacidad de recobrarse de momentos difíciles.
  • Manejo de la presión: soportar estrés y situaciones difíciles.
  • Auto reflexión y auto conciencia: ser capaz de observarse a sí mismo y llegar a conclusiones.
  • Auto confianza: la seguridad en sus capacidades para enfrentar retos difíciles.

Nitin Nohria, de la facultad de ciencias empresariales de la Universidad de Harvard, define el liderazgo como “hacer que los demás sean mejores como resultado de tu presencia y asegurarse de que ese impacto perdure en tu ausencia”.

Por su parte, John C. Maxwell, autor de “Liderazgo, principios de oro”, dice que los mejores líderes son aquellos que saben escuchar. Los oyentes saben lo que está sucediendo porque prestan atención; aprenden mejor que otros porque absorben de muchos lugares; además, los buenos oyentes tienen la capacidad de ver las fortalezas y debilidades de otras personas.

Mientras que Daniel Goleman, en el libro “La Inteligencia emocional”, aclara que el coeficiente intelectual contribuye solo con un 20% a nuestro éxito en la vida. El resto es el resultado de la inteligencia emocional, que incluye factores como la motivación, la persistencia, el control de los impulsos, la regulación de las emociones, la empatía y la esperanza. Ram Charan, Stephen Drotter y James Noel traen el concepto de seis pasajes esenciales de liderazgo en el libro “The Leadership Pipeline”, que representan pasos en la jerarquía de una organización. También destacan la importancia de desarrollar personas y planificar la sucesión del liderazgo.

En este sentido los retos del liderazgo son los siguientes: lograr que la gente enfrente la necesidad de salirse de su zona de confort; confrontar la realidad frustrando las expectativas a una velocidad que el grupo pueda tolerar; enfrentar problemas complejos que no tienen solución;
ver nuevas  formas de percibir el mundo; no generar dependencia de expertos en épocas de cambio; y no tener las respuestas, tener muchas preguntas.

Siente son las cualidades de un líderes: comunicación eficiente, capacidad de influencia, inteligencia emocional, pensamiento estratégico, conocimiento y experiencia, confianza y, finalmente, compromiso y pasión. Y son tres los principales elementos que le dan coherencia a cualquier líder: la transparencia en su actuar; la correspondencia entre la visión, el discurso y la acción; y finalmente, la trascendencia con la que enfoque sus actos.

Cuando uno se pregunta ¿por qué y para qué el liderazgo? recuerda a Peter Drucker quien señalaba que “gestión es hacer las cosas bien, liderazgo es hacer las cosas”. Y a Albert Einstein para quien “es más importante la imaginación que el conocimiento”. Y como no recordar a Bill Gates quien en el año 2005 manifestó “en los próximos 20 años habrá un computador en cada casa y yo estaré allí”.

Mencionamos precisamente a estos líderes por que el lidergo transformacional cambia la estructura para siempre o por un período prolongado y busca resultados superiores, es decir, hace emerger la conciencia de lo seguidores acerca de lo que es importante, generando resultados superiores a los comúnmente esperados. Trabaja por la misión y visión, en otras palabras fortalece el compromiso con la misión y visión de la entidad, centrándose en el interés común, desde una perspectiva ética y moral; e inspira cambios positivos en los seguidores, preocupándose por sus tareas y su bienestar. Así se hace acreedor de la confianza y el respeto de los demás.

En otras palabras: inspira el liderazgo de los otros; crea comunidades de liderazgo y trabaja en un liderazgo flexible e innovador. En este sentido, las características del líder son: transformación, inspiración, cooperación, motivación, vínculos emocionales y estimulación intelectual. Y si se trata de un líder transformacional se suman las siguientes: predica con el ejemplo, se la juega por el cambio, piensa en el futuro, cree en el equipo y aprende a motivar. Y tiene como desafíos el autoconocimiento, el liderazgo individual y colectivo, el trabajo en equipo y movilización de bases y la generación de redes. Como ejemplo de estos líderes transformacionales tenemos los siguientes:

Mahatma Gandhi, pacifista que predicaba con el ejemplo y logró cambiar la vida de millones de personas, con su filosofía de “desobediencia y resistencia de forma pacífica”. Desde 1919 perteneció abiertamente al frente del movimiento nacionalista indio. Instauró métodos de lucha social novedosos como la huelga de hambre y en sus programas rechazaba la lucha armada y realizaba una predicación de la áhimsa (no violencia) como medio para resistir al dominio británico. Defendía y promovía ampliamente la total fidelidad a los dictados de la conciencia, llegando incluso a la desobediencia civil si fuese necesario; además, bregó por el retorno a las viejas tradiciones hinduistas. Mantuvo correspondencia con León Tolstói, quien influyó en su concepto de resistencia no violenta. Fue el inspirador de la marcha de la sal, una manifestación a través del país contra los impuestos a los que estaba sujeto este producto.

En el año de 1931 participó en la Conferencia de Londres, donde reclamó la independencia de la India. Una vez conseguida la independencia, trató de reformar la sociedad india, empezando por integrar las castas más bajas (los shudras o ‘esclavos’, los parias o ‘intocables’ y los mlechas o ‘bárbaros’), y por desarrollar las zonas rurales. Desaprobó los conflictos religiosos que siguieron a la independencia de la India, defendiendo a los musulmanes en el territorio indio.

Tres frases resumen su filosofía y su actuar: “se el cambio que quiere ver el mundo”; “no hay que apagar la luz del otro para lograr que brille la nuestra”; y “procura ser tan grande que todos quieran alcanzarte y tan humilde que todos quieran estar contigo.

Steve Jobs, cofundador y presidente ejecutivo de Apple y cofundador de Pixar. Uno de los personajes más visionarios de nuestra época, también uno de los más polémicos en cuanto a su estilo de liderazgo y de dirección de empresas. Se le retrata habitualmente como un jefe duro pero cercano. Pese a ello, sus colaboradores le adoraban, porque les transmitía el propósito sobre lo que estaban haciendo, la transcendencia de su papel. Al respecto señalaba “mi trabajo no es llevarme bien con las personas, sino conseguir que lo hagan cada vez mejor” y que “la innovación es lo que distingue al líder de sus seguidores”.

El segundo líder transformador es Martin Luther King (“Tengo un sueño”), activista del movimiento para los derechos civiles de los afroestadounidenses y Premio Nobel de Paz en 1964. Las lecciones de este líder que transformó América siguen aún vigentes. En primer lugar, demostrar el compromiso total hacia una causa es esencial para lograr el éxito en ella. Los sacrificios que supone tanto a nivel personal como profesional este compromiso con la causa muchas veces no son fáciles de asumir, lo cual es una de las razones por las que los profesionales fracasan.

La segunda lección está relacionada con innovar, romper las creencias establecidas como base para lograr un cambio. Muchas veces implica tomar medidas que son impopulares, pues la resistencia al cambio es un elemento común en las organizaciones. Sin embargo, cuestionarse el porqué de lo que hacemos y hacer las cosas de forma diferente es necesario para evolucionar y crecer.

La comunicación fue la tercera de sus virtudes. Tenía un sueño, pero no habría podido hacerlo realidad si no lo hubiera comunicado a todas las personas que tenía a su alrededor. Convertir el sueño en acción, convencer a otros para que se apunten a él, es la única forma de hacerlo realidad.

Y Walt Disney (un liderazgo inspirador, basado en valores) a quien motivaban las ideas y los sueños. Generaba confianza en su equipo; transmitía y enseñaba su visión a su gente; y se enfrentaba a los problemas.

Pionero de la industria de la animación estadounidense. Introdujo novedades en la producción de dibujos animados. Como productor de cine, ostenta el récord de persona con más Premios Oscar con 22 estatuillas y 59 nominaciones. Fue galardonado con dos premios Globos de Oro especiales y un Premio Emmy. En California fundó el Disney Brother Studio con su hermano Roy. Junto a Ub Iwerks creó el personaje de Mickey Mouse en 1928, su primer gran éxito y al que él mismo puso voz en su principio. Además, introdujo el sonido sincronizado, Technicolor a tres bandas, largometrajes de animación y desarrollo técnicos en las cámaras.

Para el ejercicio del liderazgo se deben identificar dos tipos de problemas: los problemas técnicos en los que existe la respuesta correcta y se puede esperar que un experto la pueda dar; tiene el conocimiento, la experiencia y la capacidad de resolver este tipo de problemas, de esto emana su autoridad. Y los problemas adaptativos: no existe una solución y es responsabilidad de la persona afrontar la situación. Los cambios adaptativos requieren generar aprendizajes, ajustes a los modelos mentales y aceptar que no hay expertos con las respuestas correctas. Este es el campo del liderazgo.¹

Hoy en día se habla del liderazgo adaptativo, entendiendo el liderazgo como un conjunto de prácticas y comportamientos que, desde un contexto de autoridad, o sin ella, permiten desarrollar un proceso educativo de adaptación, basado en preguntas y no respuestas, para movilizar a un grupo para que voluntariamente acepte el cambio hacia una visión compartida.

Para Ronald Heifetz², de la Escuela Kennedy de Gobierno en la Universidad de Harvard , el liderazgo es el proceso de movilización de un grupo que afronte una realidad incierta y desarrolle nuevas capacidades que se enfrente con éxito a los retos adaptativos. … Es el conjunto de prácticas y comportamientos que, desde un contexto de autoridad, o sin ella, permiten desarrollar un proceso educativo de adaptación, basado en preguntas y no respuestas, para movilizar a un grupo para que voluntariamente acepte el cambio hacia una visión compartida. Es decir, “el liderazgo se define en función del trabajo que se necesita hacer”, en otras palabras, el liderazgo se puede aprender. Adicionalmente, el profesor Heifetz indica que:

“Quien asume esta responsabilidad logra ser mejor persona, profesional y ciudadano, a partir de un aprendizaje de su mundo emocional, el manejo de su cuerpo y del lenguaje, permitiéndole ser un mejor observador de si mismo y del mundo que lo rodea, impactando su posibilidad de trascender, inspirar y ser un ejemplo para los demás.”

… Liderar es vivir peligrosamente porque cuando ejerces el liderazgo, cuando conduces a las personas a través de un cambio difícil, desafías lo que ellas más aprecian: sus hábitos cotidianos, sus herramientas, sus lealtades y su manera de pensar, quizás sin poder ofrecer otra cosa que una posibilidad.”

Como mencionábamos anteriormente, el liderazgo es relevante abordarlo en situaciones de cambio, lo que implica que: las personas buscan otras que les den respuestas a sus preguntas. Se trata de plantear las cuestiones difíciles, los desafíos y no dar las respuestas. Es hacer que las personas se enfrenten a sus problemas sin fácil solución. Crea desequilibro. Es una actividad (con o sin autoridad). Debe ser desarrollado desde cualquier puesto en la organización. Las personas se resisten a las pérdidas.

Entonces la pregunta que surge es ¿cómo responder a las incertidumbres y afrontar los retos?. A continuación mencionamos varias opciones: subirse al balcón: adquirir perspectiva. Pensar en clave política: establecimiento de relaciones y network. Poner énfasis en las relaciones personales. Orquestar el conflicto: controlar la temperatura del conflicto y dominarle, mostrar la dirección. Reasignar tareas: delegar los problemas y buscar soluciones conjuntas. Cambiar sentimientos y conductas. Y conservar la calma y mantenerse firmes lo que implica aceptar los desafíos y la ira de la gente, dejar madurar los problemas y concentrar la atención en los problemas.

Por eso para lo líderes visionarios, no basta con tener un plan, hay que ejecutarlo; deben ser lectores del entorno, cazadores de oportunidades; deben ser capaces de ver lo que otros no ven; entienden la globalización; son pensadores estratégicos, tomadores de riesgos y focalizados.³ Deben ser constructores de culturas productivas, desarrolladores de capital de relaciones, hacedores de resultados, capaces de hacer alianzas estratégicas, excelente comunicador, debe estar bien informado; debe ser un controlador efectivo; con una capacidad de aprendizaje y que premie el error.

Y además deber promover la creación y la diferenciación y ser un líder coherente y motivador. Al respecto es importante recordar a Alexander Grashow, quien manifiesta que “Cuando estamos liderando un reto adaptativo, solo podemos avanzar tan rápido como avance la gente involucrada”. Y tener en cuenta lo importante de parar para revisar nuestros supuestos por que si cambia la historia que nos contamos, cambian nuestras emociones y aparecen nuevas posibilidades. Y es que en las crisis siempre hay oportunidades… y pueden aparecer en el lugar menos esperado.

Y estos líderes deben ser capaces de promover la colaboración pero sobre todo crear equipos diversos. Al respecto, la Fundación Origen señala que “nuestra posibilidad de afrontar retos adaptativos está ligada a nuestra capacidad para movilizar a otros y generar las condiciones para asumir riesgos, colaborar y abordar metas ambiciosas”.

En el caso de los líderes públicos, éstos deben ser líderes políticamente imparciales, confiables, para poder cumplir prioridades del gobierno e incorporar los más altos estándares de integridad. Deben considerar criterios basados en méritos y procedimientos transparentes en el nombramiento de servidores públicos. Deben asegurar que los servidores públicos tengan mandato, competencias y condiciones para asesorar imparcialmente y decir la verdad siempre. Y deben desarrollar la capacidad de liderazgo de los servidores públicos.

En estas situaciones que todos a nivel mundial hemos tenido que vivir, las creencias que tenemos han cobrado importancia ya que la forma en la que vemos el mundo, las posibilidades de futuro y nuestra capacidad de acción está íntimamente ligada con nuestras creencias.

Por eso revisar y resignificar nuestras creencias es un camino para gestionar nuestras emociones e identificar nuevas oportunidades en nuestra vida personal y con nuestros equipos. Y tres de las preguntas que los líderes deben hacerse en estos momentos son: ¿cuáles son mis creencias sobre mi rol como líder hoy?; ¿cuáles son mis creencias sobre mi capacidad para enfrentar retos actuales?; y ¿cuáles son mis creencias sobre el mundo después del Covid-19?.

En estos últimos meses tuve la oportunidad de releer el libro de Bronnie Ware “Cinco cosas que todos lamentan antes de morir” y quisiera compartírselos: 1. Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mi mismo, no la vida que otros esperaban de mi. 2. Ojalá no hubiera trabajado tan duro. 3. Ojalá hubiera tenido el coraje para expresar mis sentimientos. 4. Me hubiera gustado haber estado en  contacto con mis amigos. 5. Me hubiese gustado permitirme a mi mismo ser más feliz.

Y define la felicidad como “la experiencia de alegría, satisfacción o bienestar positivo, combinada con la sensación de que nuestra vida es buena, tiene sentido y vale la pena… La felicidad cuesta trabajo”. Así indica que la felicidad se debe a: el 50% a nuestros genes; el 10% a las circunstancias de nuestra vida; y el 40% a nuestra actividad intencional / bajo nuestro control.

Y es que las personas felices tienen buenas relaciones, son más agradecidas, son más útiles y filantrópicas, más optimistas sobre el futuro, viven en el presente. Son espirituales / religiosas. Están comprometidas con las metas. Por eso entre las claves para la felicidad están: entender el contexto; acciones cuerpo y mente; gestionar el tiempo; comunicarse efectivamente; servir y apreciar.

Por eso los expertos manifiestan que son siete los pasos para la felicidad. Ellos son:

  • Piensa menos, siente más.
  • Frunce el ceño menos, sonríe más.
  • Habla menos, escucha más.
  • Juzga menos, acepta más.
  • Mira menos, haz más.
  • Quéjate menos, aprecia más.
  • Teme menos, ama más.

Por que sin duda en líder más feliz, es un líder más efectivo.

REFERENCIAS:

Fundación Origen, Curso liderazgo en época de cambios.

Médico psiquiatra de profesión, chelista profesional, y por cosas del destino, fundador del programa de liderazgo de esa universidad. Basándose en la observación de los estudiantes de la Escuela de Gobierno de Harvard, fue construyendo una teoría para definir el liderazgo y la forma de desarrollar las competencias para su ejercicio, independientemente de las condiciones y circunstancias de las personas.

Las 4 reglas de la motivación son: no a todo el mundo lo motiva lo mismo; para motivar hay que conocer; es más fácil desmotivar que motivar; el responsable de la motivación es el líder.

Op Cit. Fundación Origen.

Profesora de Psicología de la Universidad de California. Se doctoró en Psicología social y de la personalidad por la Universidad de Stanford.

Este artículo hace parte de la iniciativa 2021. Liderazgo desde nuestros territorios, que se realiza en el marco de la conmemoración de los 15 años de Colombia Líder, conoce más en https://bit.ly/3B4Rwhr

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